martes, 28 de enero de 2014

Por qué me fui de Erasmus: nudo.


¿Que no has leído la primera parte? Entra aquí y lee el inicio. No tiene desperdicio.

En Septiembre de 2012 llegué a Trieste. 

Trieste es famoso por la bora, un viento huracanado que azota la costa con unos vientos de hasta 200 km/h. Es increíble. Durante todo el año que estuve allí, vi la bora un par de veces (y no llegaba a 200 km/h) pero era impresionante.

Todo esto viene porque justo el día que pise Italia llovía y hacía principio de bora. 
Llegamos al aeropuerto (que es enano) y para llegar a Trieste teníamos que hacer casi una hora de autobús. 
Total que llegamos bastante tarde por la tarde y qué odisea para encontrar el hostal... que por cierto, es bastante recomendable si viajas a Trieste. Es el Bed&Breakfast Battisti. En el centro, con desayuno y dispones de cocina. Además, era el más barato de los tres que nos contestaron: 25 euros la noche por persona.

Los pisos de Trieste (no se yo si en toda Italia en general) son viejos, sin salón-comedor y fríos a más no poder. Las habitaciones son, en su mayoría, para dos personas (compartidas) y si querías una individual te costaba un ojo de la cara. 
Encontramos un piso muy cuco, en vía Massimo d'Azeglio. El edificio estaba medio en ruinas y nuestro piso, para ser de 5 personas, era enano: dos habitaciones compartidas, una individual, un baño muy pequeño y una cocina sin luz natural. 

Eso si: tenía salón.
Pequeño, pero con un sofá comodete.

Pero prosigamos con lo más importante: QUE ESTOY DE ERASMUS
No se porqué he empezado a hablar sobre mi piso, mi mierder-piso pero recordando los apretados que estábamos allí me ha entrado la mala leche.
Pero fiesta, fiesta.

En Trieste, se llevaba mucho ir de Osmizza, que son pequeñas tabernas en las montañas donde tenían su propio vino tinto y blanco, además de jamón y queso. Allí, la gente iba a beber y pasarlo bien.
Era bastante genial, siempre había italianos borrachos con guitarras o gente joven pasada de vino liándola parda. Una risa. El problema es que más de una vez casi nos perdemos por las calles de las afueras o el campo y... de noche daba bastante miedo.
Pero jugábamos a las cartas, así que yo era feliz.

Más fiesta, más fiesta...
Cerca de casa teníamos la Notte, un pequeño bar de niggas (solo música r&b) donde acabamos más de una noche cuando no quedaba nada abierto (eso sí, lo cerraron a mitad de año, malditos).
Y también estaba la Fenice, el bar de fiesta Erasmus más importante. Abierto los martes, allí que íbamos todos. De normal no valía mucho, pero los martes estaba bastante bien.

Lejos de casa, pero lejos lejos, encontramos Ausonia (si), el cuál abrían en Septiembre, Octubre, Mayo y verano, por lo que no pudimos disfrutarlo mucho: es un antiguo ¿instituto? o colegio, algo rarísimo, un poco remodelado donde un DJ pinchaba música un tanto rara en su mayoría y ahí que estábamos, dándolo todo.
Y al lado estaba Etnoblog. Este sí que molaba. Pondría vídeos, pero dan un poco de miedo.

Etnoblog
Etnoblog. Por ahí en medio estoy yo.

Fiesta más parecida a la de España encontramos Mandracchio (que fui una vez...) que costaba 10 euracos entrar. Y pues no... sitio pequeño y bajo tierra. Ugh.
Y Macaki, que fui exactamente dos veces: una en halloween que estuvo muy chulo y después con Coral, una amiga y porque las chicas entrábamos gratis. Meh, no estaba mal.

Y las fiestas de la universidad... si, si, pero en la Universidad. Encontramos que en Trieste está la universidad central (que concentra casi todas las facultades y carreras) y distintas facultades aisladas por la ciudad. Bien, pues en la central (que estaba en la parte alta de la ciudad), de vez en cuando, se realizaban fiestas en la biblioteca. Si. Quitaban las sillas y colocaban una mesa para pinchar y allí que estaba todo el mundo más colocado que nada... 

En la universidad.


Pero lo que partía el bacalao allí eran los Istrianos (no se llaman así pero es como lo conocíamos coloquialmente nosotros). Era un piso viejo, con luces azules en medio de Trieste en el cual ponían música y estaba abierto casi todos los días de la semana. Allí había gente rarísima pero fueron las mejores fiestas que recuerdo. Lo llevaban unos croatas (creo) y allí había una mezcla de culturas INCREÍBLE: conocías gente diferente cada día, había bebida muy barata y cerraba bastante tarde.

De risas.

Por estos sitios salíamos de fiesta (o nos quedábamos en casa, a pesar de que los vecinos aguantaban muy poco y acababan llamando a la "polizia"). 
Vaya... y yo al principio salía poco (me dio por no beber o beber apenas y dejé de fumar) así que ganas tenía muy pocas pero cuando regresé en Enero... fue un no parar. Y recuperé el tiempo perdido.
Y además, los sitios cerraban bastante pronto menos los más alejados como Ausonia o Etnoblog y los Istrianos, así que el gasto en taxis fue considerable.




Pero... ¿además de la fiesta se pueden hacer más cosas de Erasmus?
Si. ¿Viajar, por ejemplo?

 



Conocimos muchos sitios del mismo Trieste, como el santuario de Monte Grisa. Si vas a Trieste no te lo puedes perder. Solo puedes ir en bus o coche pues está encima de la montaña. Desde allí hay unas vistas preciosas de la ciudad y de la costa de Eslovenia y Croacia.

Es una iglesia triangular rarísima, una de las más raras del mundo (creo). Nunca había visto nada igual y volvimos un par de veces, porque como está en medio de la naturaleza, pasar el día por allí era una auténtica gozada.






Ademas había muchos pueblecitos por alrededor muy cucos, como Muggia (que por cierto, los carnavales allí fueron geniales). Es un pequeño pueblo costero por el que pasar un buen día. Y por allí poco más... 

¿Viajes?
A Venezia, Padova, Alghero, Ljubljana, Bled, Bratislava, Viena, Budapest... y más sitios. Pero esto ya lo desarrollaré en otras entradas, porque dan para mucho.

Trieste, en sí, no lo recomendaría demasiado (como ciudad). Tiene una parte antigua muy bonita pero que en pocas horas se visita (tiene hasta un pequeño circo romano).


Y para los Erasmus es un gran punto desde el que viajar. 

Pero nada más.

Y por hoy es suficiente. He escrito sobre la fiesta porque el sábado me quedé con ganas de más y no paraba de recordar algunas que nos pegamos a vino blanco. Así que la melancolía me ha envuelto, ains. 


Y escucho per dimenticare, de Zero Assoluto. Qué menos, que recuerdos italianos.

Elige bien. 
Ali.

1 comentario:

  1. A Monte Grisa se puede ir y volver caminando..pierdes 5 horas de tu vida, pero puedes xD

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