Por qué elegí a Charmander

First:
¡Gracias Pablo Cuarterinyo por la preciosa foto de la portada!. Eres genital.

La elecciones infantiles son las más difíciles: lo queremos todo. Y lo queremos a la de ya.
Pero, ¿qué ocurre cuando debemos tomar una decisión que sabemos afectará el transcurso de los acontecimientos?

Qué mejor ejemplo que un clásico.


Pokémon.

Pokémon rojo fuego, el primero que tuvimos en casa.

Eso que empiezas a jugar. 

"Ualaa que chulo, ¡madre mía!"

Y ya tienes que empezar a elegir:

Primero si eres chico o chica. Así deberían ser las cosas en las SS (la Seguridad Social, gracias Berto). Qué suerte poder elegir, aunque no sirva para nada.

Pero a los pocos minutos ya llega la decisión que marcará tu destino (por lo menos en el juego) y es que solo tienes tres opciones.
Bulbasaur, Charmander y Squirtle (yo soy de la vieja escuela).

Muchísimas gracias.

Eso que dices... "Mmm, el agua mola, apaga el fuego, pero planta la destroza. Además no me gusta la forma que tiene ese pokemon, no, no."

"¿Planta? No, el fuego es muy poderoso contra él y fuego..." así sucesivamente, es un círculo vicioso.

Osea que empiezas a jugar para evadirte, para... ¡yo que se!, porque no te gusta pensar en nada y eliges un videojuego (mismo) y ya debes tomar una decisión que te acarrea más de un dolor de cabeza: la de peleas que habré tenido con mi hermano por este tema.

Y yo siempre me preguntaba: "¿Y pikachu, es que no lo puedo elegir?"

Pues no. Una cosa es la serie en televisión y otra muy diferente es el juego.

Y odiaba a los creadores.

Primero por no dejarme elegir a Pikachu, que me encantaba y segundo por hacer que la elección sea tan complicada porque, claro: el círculo vicioso se llama así por algo y yo quería ganar. Y por eso me costaba tanto elegir.

¡Y ahí no acaba la cosa!

El sobrino, el enchufao, elegía después de ti y, ¡claro!, ¿a quién va a elegir? 

Pues al que te gana, idiota.

Eso me sacaba de mis casilla. Lo insultaba de tantas formas que cada vez que iniciaba el juego de nuevo, su nombre pasaba de... "Juan", por ejemplo, a "Soy un mierdas" o "Gilipollassubnormalcometeunamierda". Por ejemplo, también.

Y la risa de malvada se me escapa, sintiéndome tan diosa que los nervios no se me aguantaban en el cuerpo. Bendita niñez.

¿He dicho que odiaba a los creadores? Pues rectifico, los odiaba a medias. Por esta parte, les agradecía cada día. 

Y es que dejar a elección del jugador el nombre de la competencia directa es la idea más brillante que puede tener cualquier persona. Si. Con eso se ha ganado el corazón de miles de millones de niños que dejaban volar su imaginación para meterse con el pobre dibujo de animación, haciendo que nos sintiéramos dueños de nuestro propio destino en ese mundo. 

Volviendo a la terrible decisión, siempre caía en mi "tópico" de decir: quiero a los tres, ¿es que no se puede?

No, claro que no. Porque en la vida vamos a tener que elegir y este era un gran paso para empezar a tomar aquellas decisiones tan difíciles.

Esto no es moco de pavo, de este juego se pueden sacar muchas y brillantes conclusiones. Creemos que todo será fácil, que podremos tenerlo todo y hasta en lo más insignificante tendremos que elegir y aquello que elijamos marcará el futuro ese tan incierto que preocupa. Pero no pasa nada, porque siempre podremos apagar y volver a empezar de nuevo.

¿O no?

Si no soy la única, si lo sé.

Así que, después de analizar la situación, calcular los pros y los contras, escribir una tesis doctoral y hacer mi gira mundial de conferencias sobre "Elecciones en el mundo pokémon", elegí a Charmander.

¿Que por qué? El fuego puede con todo. Y yo era muy radical de pequeña, ¿qué mierda voy a elegir yo el agua o la planta esa?.

No. Yo quería ganar.

No recuerdo muy bien cómo se desarrollaba el juego pero recuerdo que empezaba de nuevo.

Y elegía a Squirtle.

¿Esa especie de tortuga azul?

Esa. 

Y luego a Bulbasaur.

Porque yo, con 8 años, no podía elegir. No sabía ni quería. 

Y por suerte hay determinados momentos en la vida en el que el reset funciona y puedes hacer las elecciones que quieras. 

Pero en otros momentos de tu vida, no podrás. 

Elige bien.
Ali.